Hace unos años pude asistir a una conferencia en la universidad donde se hablaba de virtualización de sistemas operativos, y comentaban una cosa importantisima: muchas empresas tienen software en sus servidores para distintas plataformas (Windows, Linux, Solaris, etc.) y se ven obligados a tener servidores cada uno con sistemas operativos distintos conectados las 24 horas, con el fin de dar servicio a esas aplicaciones de distintas plataformas. La solución que proponían en esta conferencia era virtualizar esas maquinas en un solo servidor, e incluso cuando este está a plena carga de recursos, encender automáticamente otro servidor mas y repartir la carga de recursos de manera eficiente, sin importar la plataforma, y totalmente transparente para el usuario, consumiendo así, la electricidad mínima para hacer las mismas tareas sin tener mas servidores encendidos con baja carga de recursos.
Millones de servidores a media carga estan encendidos manteniendo cientos de paginas webs y aplicaciones las 24H sin respetar el medio ambiente
A un nivel mas bajo me he decidido a probar en mi servidor Linux con Debian 5.0 el software de virtualización VMWare Server 2.0 y en el he instalado Microsoft Windows Server 2003 (licencia proporcionada por el MSDN de la Universidad de Valladolid para quienes estudiamos I.T. Informática) y he visto las ventajas de poder tener una máquina servidora con dos sistemas operativos simultáneos: Windows y Linux. Para la red local he puesto la máquina virtual para que haga «bridging» y aparezca como si fuese un servidor físicamente independiente con su propia IP. Hay que sumar la ventaja de administrar las distintas máquinas virtuales a través de su panel web… toda una lección de aprendizaje informático… ¡y de ecología!